jueves, 27 de marzo de 2014

Flechazo a primera vista



      Una flecha, solitaria, temida y amada. Que vuela y tiembla. Imperceptible, lanzada que rompe el silencio del aire, lo separa a sus lados, abriéndose paso.
      Escondida y curiosa, a la vez despistada. Fija en su objetivo. Se retuerce y vuela.
      Nadie puede detenerla, intocable, efímera y flotante. Traidora y fiel… sabia inconsciente.
      Y vuela, vuela y el arco desde el que fue lanzada tiembla temeroso ante el destino. La hierba se tambalea a su paso. Las ramas y hojas observan respetuosas, admirando su fuerza y energía, su poderío y decisión.
      Y llega atravesando escudos, el fuego y el metal ceden a su paso, se resquebrajan, se hacen añicos.
      Pero nada la detiene.
      Sigue sin pausa hasta la piel, los músculos se rinden, el sino está asegurado. La sangre, que la baña, agradece su valor, una bendición, una sentencia.
      Con un soplo de aire llega hasta los pulmones, que se encogen ante su presencia, perturbadora. El azul y el rojo, el negro y blanco, la oscuridad, la asfixia.
      El corazón se rinde, falto de fuerzas. Las piernas que tiemblan, la mente flaquea. La visión borrosa. El caos. La falta de aire. Pensamientos. Ahogamiento. 
      La muerte.

1 comentario:

  1. Esta entrada me encanta, original y con mucho ritmo a la hora de leerla.

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